lunes, 28 de diciembre de 2009

RECUERDOS

Nuestras manos en el teatro,
las pinceladas de la palma del pie de Van Gogh,
uno
dos
y tres
charcos porteños que me ayudaste saltar,
tu voz oblicua en mi oreja
despistando abismos.

Digamos que no hay fin, porque es verdad que no lo hay, Es abrasador el desamparo de no saberme, de no saber a nada.

viernes, 17 de julio de 2009

RETORNO

Su mano dormida congelaba el gesto preciso de estar esperando una rosa o una llave. Él, con el pájaro en la voz, se asomó por los barrotes de la cama para despertarla. Pero a ella eso la asustó tanto que gritó, como quien se reincorpora del letargo o de una galáctica amnesia. Yo no sé si fue por sus ojos (los de él) terriblemente vivos como nueces abiertas o si fue por ese beso surreal, al que ella ya se había acostumbrado a desacostumbrarse, pero lo único que pudo decir fue: -Perdón-, a lo que él le recordó, corrigiéndola: -No, Perdonáme vos a mí-

jueves, 9 de julio de 2009

Delirio y Locura

Ahora creo ver la diferencia entre el delirio y la locura.
El delirio es esa sibilante casquivana junto a la cual despertamos una madrugada y no le decimos que se vaya. La locura, es en cambio, aquella peligrosamente fiel amante que nos anuda la corbata, todos los días, tan fuertemente que olvidamos tenerla puesta.

miércoles, 24 de junio de 2009

LOS AMANTES – Rodolfo Wilcock

Harux y Harix han decidido no levantarse más de la cama: se aman locamente, y no pueden alejarse el uno del otro más de sesenta, setenta centímetros. Así que lo mejor es quedarse en la cama, lejos de los llamados del mundo. Está todavía el teléfono, en la mesa de luz, que a veces suena interrumpiendo sus abrazos: son los parientes que llaman para saber si todo anda bien. Pero también estas llamadas telefónicas familiares se hacen cada vez más raras y lacónicas. Los amantes se levantan solamente para ir al baño, y no siempre; la cama está toda desarreglada, las sábanas gastadas, pero ellos no se dan cuenta, cada uno inmerso en la ola azul de los ojos del otro, sus miembros místicamente entrelazados. La primera semana se alimentaron de galletitas, de las que se habían provisto abundantemente. Como se terminaron las galletitas, ahora se comen entre ellos. Anestesiados por el deseo, se arrancan grandes pedazos de carne con los dientes, entre dos besos se devoran la nariz o el dedo meñique, se beben el uno al otro la sangre; después, saciados, hacen de nuevo el amor, como pueden, y se duermen para volver a comenzar cuando se despiertan. Han perdido la cuenta de los días y de las horas. No son lindos de ver, eso es cierto, ensangrentados, descuartizados, pegajosos; pero su amor está más allá de las convenciones.

domingo, 31 de mayo de 2009

Sabina y Tute

Ahora que nos besamos tan despacio, ahora que aprendo bailes de salón,
ahora que una pensión es un palacio,
donde nunca falta espacio para más de un corazón
Ahora que las floristas me saludan,
ahora que me doctoro en lencería,
ahora que te desnudo y me desnudas,
y, en la estación de las dudas,muere un tren de cercanías
Ahora que nos quedamos en la cama,lunes, martes y fiestas de guardar,
ahora que no me acuerdo del pijama,
ni recorto el crucigrama,
ni me mato si te vas
Ahora que tengo un alma que no tenía
Ahora que suenan palmas por alegrías
Ahora que nada es sagrado ni, sobre mojado,llueve todavía
Ahora que hacemos olas por incordiar
Ahora que está tan sola la soledad
Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar
Ahora que ponnos otra y qué se debe,
ahora que el mundo está recién pintado,
ahora que las tormentas son tan breves
y los duelos no se atreven a dolernos demasiado
Ahora que está tan lejos el olvido,ahora que me perfumo cada día,
ahora que, sin saber, hemos sabido querernos, como es debido, sin querernos todavía
Ahora que se atropellan las semanas,fugaces, como estrellas de Bagdad,
ahora que, casi siempre, tengo ganas de trepar a tu ventana y quitarme el antifaz
Ahora que los sentidos sienten sin miedo
Ahora que me despido pero me quedo
ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos
Ahora que no hay vacunas ni letanías
Ahora que está en la luna la policía
Ahora que explotan los coches, que sueño de noche, que duermo de día
Ahora que no te escribo cuando me voy
Ahora que estoy más vivo de lo que estoy
Ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy
Ahora que no te pido lo que me das
Ahora que no me mido con los demás
Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar.

sábado, 9 de mayo de 2009

MUERTE Y NO

Para mi anonima preferida...jaja fuiste vos todo el tiempo? y yo q te conteste como una intelectualosa... actualiza con el manifiesto ese alucinante que te mandaste el otro martes asi te suspiro yo tambien.. A la memoria de...(no se si me doleria menos) Yo no quiero hablar en pasado, mirarme en tus ojos es saber que he muerto. Mirarme al espejo es morir otra vez, pero de espanto. Como si la piel fuera un insulto y mi cuerpo… ¿qué identidad tiene?, Esta forma de ti que es tan siniestra, esta ausencia que no se atreve a anunciarse, la canción en derredor de lo que calla. Me sobrevuelo a cada rato, para comprobar que ya no estás conmigo ¿es que soy yo esa que yace ahi recortada, llena de alfileres olvidados? El viento enhebra mi cuerpo, junto a otros los engarza en un collar animal. Febril ofrenda. Castigo. ¿Como evitar que mi cabeza se caiga para algún costado en las auto-matrices? Si era tu hombro, su nido, si era mi nudo, tu llanto, ¿y por que mis pies de repente son tan cóncavos? ¿ y que es este tren de sombra que mastica mis pasos? Siento las voces como tambores, estertores de mi sed férrea, coagulando el silencio, queriéndome selva. Pero la oscuridad es tan cotidiana que ya ni la recuerdo. Y la noche, que más, que menos. Si la resonancia de tus latidos es de un color tan prohibido que ya no he de retratarla. Que me despierte viva por haber encontrado tu olor en la impiadosa esquina de algún sueño, no trasluce acaso que estés esperándome. Estas perdido, como una botella tosiendo en la alcantarilla. Resorte caliente que se aprisiona en mi pecho para que nunca sea para siempre. El amor es así, excepcional, como la muerte.

domingo, 22 de marzo de 2009

LUNA

Que lindo es q te llamen un dia de la nada diciendote q estas en un libro! "Voces de ausencia" el jueves :) wii! Un fervor radiante y sombrío, esta desesperante monotonía de sonidos visuales y caricias oníricas. Tu piel, un desierto prohibido y hostil; concéntrico delirio, esa fría mística inmóvil. Sangras lágrimas cósmicas por cada una de las sombras que invocan tu ausencia, en las noches de gira. Hipnosis endulzante que destruye la melopea más perfecta y me ahoga, por fi n, en un mar negro de soledad y sosiego infi nitos. Recurrentes indicios de realidad ambigua invaden las ruinas de mi razón y congelan mi súbita ira. Tan real eres, que distorsionas lo sensible y bebes mis sueños. Solo tu hermético paraíso es capaz de dispersar el libertinaje diurno, los emblemas frívolos y los rostros ficticios... Pero me enfrentas ante la inédita verdad de que tú no eres solo mía. Un egoísmo sagrado, una creación anónima y una muerte sin tiempo que vendrá a buscarme al caer el cielo, romperá el cristal y violará mis labios tan solo para endulzarme una vez con su sedante eterno, un resplandor agobiante, que tú y yo sabemos que es mucho más que luz. Tú eres los pasos que corren, los relojes que se agotan, este grito sin aire, lágrimas que caen y estas manos mías que tiemblan ante la utopía de que no me abandones esta noche que aún no muere.

jueves, 12 de febrero de 2009

Sociedad e Imagen

Magritte: pintor surrealista simbolico Recuerdos: ¿accidentes fotográficos del Miedo? Con el trajín que agita la vida en las metrópolis, se nos escurre entre relámpagos de inútil inmediatez, el ejercicio de la memoria. Agendas, calendarios, relojes tatuados y hasta semáforos que comprimen nuestra existencia en sucesivos casilleros caducos, que se automatizan en momentos para llegar a un futuro siempre distante. Futuro exento, que quizás repita el mismo curso de nuestro pretérito encauzado y que pronto, también, nos sofoque con las mismas intermitencias de nuestro odiado Presente. Pero el Futuro siempre logra seducirnos con la incertidumbre de su fugaz movimiento, con el principio de un nuevo fin. Para ello, el Pasado debe ser entonces olvidado y archivado en los profanos confines de la memoria. Ya que el Pasado inmoviliza, nos retrae con su finitud. Creemos imposible que pueda construirse un Futuro mientras que el Pasado siga presente. ¿Cómo acarrear con el peso de las emociones, Ideas y personas de nuestra memoria, todo el tiempo, en la toma de cada decisión, de cada paso, de cada mirada como si dibujáramos una y otra vez la trayectoria de la misma sonrisa? Podemos trepar por nuestro pasado e incluso desligarnos de las ataduras del presente, ya que son meros rótulos en los que nosotros mismos nos hemos capitulado, pero ¿Qué hacer con todo aquello que escapa a lo predecible y conocido?¿Dónde y cómo guardar la nostalgia, la alegría o tristeza inolvidable de cada recuerdo?¿Cómo resistirse al vértigo inmenso de un pasado que fue nuestro y ya nunca volverá? Petrificándolo. Inmortalizándolo en el tiempo. Tapizando la galería de nuestra memoria sensible con imágenes que se superponen unas sobre otras, transformándose y adaptando nuestra mirada hasta que un día, raspando, sin querer, alguna imagen más cercana, redescubramos aquella más ¿lejana?, creyendo haber roto el troquel del olvido, Y todo vuelva a comenzar. ¿Pero por qué somos tan epidérmicos? ¿Por qué esa insaciable necesidad de que nos ilustren los sentimientos? Nos agrada la imposición de la Idea sobre el verbo, de la forma en la búsqueda del fondo. Es más fácil, y más venerable, en las sociedades modernas, aquél que puede conmoverse con la belleza sensitiva de una imagen, que aquel otro que se conmueve con la intensidad que le sucita una palabra, una idea o el Silencio mismo. Por eso las fotos, como imagen especular de nuestra sociedad moderna, no son consideradas como recuerdos de un pasado latente, sino como comprobantes de nuestra trascendencia en el mundo; la historia; no como pronóstico en la toma de conciencia, sino como estructura de una identidad autoadjudicada. Asi, los recuerdos no serían más que grilletes de nuestra insignificancia; como estertores que agregan una partida más al juego de la vida, para que podamos seguir sumando casilleros, creando nuevos límites para poder romperlos antes de que caiga el ultimo grano del reloj de arena. Se nos olvida que el transcurso de la vida es atemporal, que sólo nuestra intervención define su continuidad. Pero la ambición de infinitud es más fuerte. Nos queda bien el papel de sicarios, es mucho más fácil ser eternos peones del destino, diseñando nuestra vida en pequeños casilleros; que lanzarnos sin más, como huérfanos equilibristas, a la búsqueda de un Cielo sin Rayuela en la que podamos ser recordados.

lunes, 9 de febrero de 2009

A la dra. tzu

Sus tobillos marmóreos suben la escalera caracol. Recluta  sus lágrimas para que rompan fila de su rostro discretamente por última vez en este día aún intoxicable. Sonrisas-cerradura y montañas la confunden con su inusual perspectiva. Como si una bandada de aves de rapiña hubieran erosionado su cuerpo dejando ingrávidos nidos en su alma: Alma centrífuga que todo lo puede. Alma que sentencia, que es sombra y también caída. Alma repartida. Y este enclaustro, febril, inapelable le esta fermentando su mente pespunteada. Si bien es consciente de esto ella no puede doblegarse ante lo absurdo. No es de esas personas que se dejan arrasar por lo indómito. Se abrocha los botones del camisón -el mismo gesto urgente del guardapolvo- con un mecanicismo que hasta ella misma asume desgastado. Su hija ya no esperara las noches de guardia para oler sus pijamas y así sentirla más cerca. Su esencia si bien la protege mas que nada en el mundo ha dejado de ser su compañía preferida. Ahora duerme envuelta en una remera grande y apolillada de pink floyd (de aquel disco que nunca escucho porque en realidad nunca escucho música. Eso no era una actividad para ella) impregnada y feliz con el perfume de aquel chico por el que tanto pelea. Ay! Como le cuesta decir “novio”, con que pudor incorregible se desabrocha de sus dientes esa palabra, que según ella parecia opacar toda inocencia. El celofán no esta roto pero esta sucio. Empañado de incertidumbres, mordisqueado. Puede tragarse los detalles pero esa mirada de demanda es algo que no puede ignorar. Ni omitir, verbo con el que solía reemplazarse al cuervo mentir. Es que ha perdido la cruz que le daba sentido a su redención. Un sistema que yo no se si amaba pero que conocía lo suficientemente bien como para que no la perturbara. Porque era ese círculo no tan difuso y ese andén lo la hacían sentir ubicua en espacio y tiempo. Ahora anda a ciegas, palpando lenguas de todas las herrumbres. Desorientada ante un horizonte que de pronto se retuerce y la hace triturar las manecillas de un reloj experimental entre sus dientes. Experimental? Como?¿No fue experimentado antes? Eso no era confiable para ella. Su tiempo ha sido por fin…exprimido. Y asi deberá tomárselo. Camina. Firme. si se aleja o se acerca, nadie sabe. Y asi andará hasta que encuentre un puente, otro salvoconducto más a ese paraíso desconocido. Ansiosa de volver a esperar.

sábado, 7 de febrero de 2009

Ecos

No pretendo serte un eco. Interminable, hostil, absorbentemente obscuro. Quiero si retornar. Roerte la espina dorsal desde una esquina incógnita y que nunca descubras realmente de donde he salido. Pues mi amor no deja huellas, ni estrafalarias cicatrices. Mi amor es una sombra marcada a fuego. Camaleónica sombra que se arrastra y menea por tu cuello. Junto a otras se retuerce esculpiendo tu figura hasta juntos sucumbir en un quebranto circense. Sonámbulo es el deseo que no devora.

domingo, 1 de febrero de 2009

Intitulable...muy led zeppelin no?

tiza pastel Alas fragmentadas yacen a la entrada del templo.
Como si fuera pecado entrar con sueños en las burbujas carnívoras,tan solo con el inocente próposito de rescatar las estrellas que hemos extraviado en el desvío

sábado, 17 de enero de 2009

EROPATIA

¿Y si el tiempo se redujera a besos, a parpadeos, a gotas de vida? El mundo seguiría siendo una gran crisálida y el hombre su cautiva mariposa. Pero por fin lograríamos volvernos eternamente efímeros. Sin necesidad de brújulas exhaustas o de esa cronometrada naturaleza que tan dueños nos hace sentir. Yo solo quiero una ciudad de espectros que jueguen a estar vivos. Vos y yo hablaríamos por medio de burbujas, guiándonos solamente por el color que van tomando mis uñas escamosas a medida que se funden en tu piel acuarelable. Súbitamente, amanezco. Parece que el sol no ha decidido si salir por el este o por el oeste esta mañana, porque en mis pupilas reflejo dos soles rojos aproximándose con hipnótica redención. No temo. Me divierto tocando el piano con tus costillas parlantes y luego me lavo los dientes con una clave de sol un poco oxidada. Vuelvo a nuestro cuarto, escuchando un agónico crujido de pétalos bajo mis pies, en la cerradura hay una rosa, la giro suavemente hasta que las espinas hacen su magia abriendo la puerta. Asustada descubro que ya no estás. ¿Es que has sido solo un sueño? ¿Y que más hubiese querido que fueras?

martes, 6 de enero de 2009

Derrame

Y tocaba el piano con las manos ensangrentadas. Frenético, muriendo en el éxtasis de cada gota carmesí que brotaba de sus dedos. Y la sangre efímera se coagulaba en las teclas más lejanas. Sigilosa alquimia ¿no? Sustituían cierta pertenencia al sonido que ya no es más. Silencio entumecido. Y en el vientre del piano ante el más sublime amoricidio…despierta. Esas falanges de marfil impregnadas de su sangre voraz… Oh! Parecían expectorar gritos imposibles de dibujar ¡Caléndula, luciérnaga, crisálida, clavícula! Las palabras eran como uñas sonoras, nueces del Diablo, susurros de un final siempre incongruente.

viernes, 2 de enero de 2009

Eres mi infinita Redención

¿Y si nos decapitan la ironía?
¿Quedaremos así, suspensos, tendidos de dos comas, huérfanos de brújulas y de imperios?
Así, solos, con las últimas cuerdas al aire y 5 pestañas griegas (2 tuyas, 3 mías) flotando vagabundas en la miel atardecida de un vaso de run a medio olvidar, careado de espinas y de naipes, en fin, náufrago.
Como esta noche que aun no nos trasvasa.
¿Y qué será de todo eso si por primera vez nos corona una luna sin barrotes?
¿Qué forma tendrá todo eso que ahora es sombra?
¿No moriré de vértigo al desplegarse frente a mí los precipicios que tu piel esconde?
Mi último acorde desafino hasta los ecos del infinito y por fin la guillotina del delirio nos decapito la ironía, nos desplumo una a una las pestañas e hizo de nuestros signos de pregunta un penitente crucifijo.Solo así, solos, ausentes de nosotros mismos, entendimos que este es el destino de las almas burbujeantes: abandonar la crisálida cautiva, volar rumbo al amor y tropezar súbitamente con el chueco que dejó el mundo.

jueves, 1 de enero de 2009

Alas para armar

Espontaneo...recien rescatado de mi mar de tinta. "Vosotros miráis hacia arriba cuando deseáis elevación. Yo miro hacia abajo por estoy elevado” ( Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche) Alas para armar
Mirad al caminante prófugo y sombrío danzar por las cornisas que lo acechan La caída existe sólo si el siente vértigo Mas el esconde precipicios en cada una de sus indelebles cicatrices y se embriaga con las bocanadas de vida. ¿Cómo ha de temerle entonces a las rocas que se desmigajan con el viento? ¿Por qué temerle a la caída? ¿No es acaso un vuelo más? No puede temer a menos que este arrepentido y no es la duda algo que haya que remediar sino el miedo que traiciona su deseo voraz de seguir subiendo. No se le teme a la caída sino al dolor de haber trepado en vano. Significaría una burla a nuestra estrella elegida, que aun no se ha dado por aludida de nuestra redención, no podemos poseer los sueños, nosotros les pertenecemos al buscarlos. Y así debe ser, la entrega es sublime y vertiginosa. Y no es necesario separar las aguas. Tan solo basta con destronar nuestras venas y quebrarnos ante el abismo, conservando si algo de pudor. Sonrojarse ante el infinito y provocarle ternura. Esa es la llave para el invisible cerrojo del edén.
Le Breton, David, Antropología del cuerpo y modernidad, Ed. Nueva Visión, Bs.As., 1995. (Adaptación)
Vivir consiste en reducir continuamente el mundo al cuerpo, a través de lo simbólico que éste encarna. La existencia del hombre es corporal. Y el análisis social y cultural del que es objeto, las imágenes que hablan sobre su espesor oculto, los valores que lo distinguen, nos hablan también de la persona y de las variaciones que su definición y sus modos de existencia tienen, en diferentes estructuras sociales. Cada sociedad esboza, en el interior de su visión del mundo, un saber singular sobre el cuerpo: sus constituyentes, sus usos, sus correspondencias, etc. Las concepciones del cuerpo son tributarias de las concepciones de persona. Así, muchas sociedades no distinguen entre el hombre y el cuerpo como lo hace el modo dualista al que está tan acostumbrada la sociedad occidental. Nuestras actuales concepciones del cuerpo están vinculadas con el ascenso del individualismo como estructura social, con la emergencia de un pensamiento racional positivo y laico sobre la naturaleza, con la regresión de las tradiciones populares locales y, también, con la historia de la medicina que representa, en nuestras sociedades, un saber en alguna medida oficial sobre el cuerpo. La preocupación moderna por el cuerpo en nuestra “humanidad sentada”, es un inductor incansable de imaginario y de prácticas; dado que el cuerpo duplica los signos de la distinción, es un valor. En nuestras sociedades occidentales, entonces, el cuerpo es el signo del individuo, el lugar de su diferencia, de su distinción. Esto se ve en la condición de los minusválidos físicos en nuestra sociedad, la angustia difusa que provocan, la situación marginal del “loco” o de los ancianos. En cambio, si existe un “cuerpo liberado”, es el cuerpo joven, hermoso, sin ningún problema físico. En este sentido, sólo habrá “liberación del cuerpo” cuando haya desaparecido la preocupación por el cuerpo. La medicina clásica también hace del cuerpo un “otro yo” del hombre. Cuando cura al hombre enfermo no tiene en cuenta su historia personal, su relación con el inconsciente y sólo considera los procesos orgánicos. La medicina sigue siendo fiel a la herencia de Vesalio, se interesa por el cuerpo, por la enfermedad y no por el enfermo. Esta es la fuente de muchos debates éticos contemporáneos vinculados con la importancia de la medicina en el campo social y con la particularidad de su concepción del hombre. La medicina está basada en una antropología residual, apostó al cuerpo pensando que era posible curar la enfermedad (percibida como extraña) y no al enfermo como tal. Dado que la medicina apostó al cuerpo, que se separa del hombre para curarlo, es decir, dado que cura menos un enfermo que una enfermedad, se enfrenta hoy, a través de los debates públicos que provoca, a un retorno de lo reprimido: el hombre (eutanasia, acompañamiento de los enfermos y de los moribundos, pacientes en estado vegetativo crónico durante meses o años, pacientes mantenidos vivos por medio de aparatos con los que no se sabe qué hacer, terapias que a veces mutilan, etc.). Muchas cuestiones éticas de nuestro tiempo, entre las más cruciales, están relacionadas con el estatuto que se le otorga al cuerpo en la definición social de la persona: procreación asistida, explosión de la paternidad, ablación y trasplante de órganos, manipulación genética, adelanto en las técnicas de reanimación y de los aparatos de asistencia, prótesis, etc. Así, podemos apreciar cómo la medicina es la medicina del cuerpo, no la del hombre, como, por ejemplo, en las tradiciones orientales. Recordemos esta frase de Marguerite Yourcenar en Opus nigrum, cuando Zenón, médico que seguía a Vesalio, se inclina junto a su compañero, también médico, sobre el cadáver del hijo de éste: “En la habitación impregnada de vinagre en la que disecábamos a ese muerto que ya no era el hijo ni el amigo, sino sólo un hermoso ejemplar de la máquina humana…” Frase programática: la medicina se ocupa de la “máquina humana”, es decir, del cuerpo, y no del hijo ni del amigo, es decir del hombre en su singularidad. El hombre anatomizado Como indicio fundamental del cambio de mentalidad que le da autonomía al individuo y proyecta una luz particular sobre el cuerpo humano es la constitución del saber anatómico en la Italia del Quatrocento, en las Universidades de Padua, Venecia y especialmente, Florencia, que marca una importante mutación antropológica. A partir de las primeras disecciones oficiales de comienzos del siglo XV, y luego, con la trivialización de la práctica en los siglos XVI y XVII europeos, se produce uno de los momentos claves del individualismo occidental. Antes el cuerpo no era la singularización del sujeto al que le prestaba un rostro. Durante toda la Edad Media se prohíben las disecciones, se las considera incluso impensables. La incisión del utensilio en el cuerpo consistiría en una violación del ser humano, fruto de la creación divina. También significaría atentar contra la piel y la carne del mundo. En el universo de los valores medievales y renacentistas, el hombre se une al universo, condensa el cosmos. Con los anatomistas, y especialmente a partir de De corporis humani fabrica (1543) de Vesalio, nace una diferenciación implícita dentro del saber occidental entre el hombre y su cuerpo. Allí se encuentra el origen del dualismo contemporáneo que comprende, también de manera implícita, al cuerpo aisladamente, en una especie de indiferencia respecto del hombre al que le presta el rostro. El cuerpo se asocia al poseer y no al ser. Así, las primeras observaciones de Vesalio sobre la anatomía humana se originan en esa mirada alejada que olvida, metodológicamente, al hombre, para considerar tan sólo su cuerpo. El cuerpo como resto En los siglos XVI y XVII, especialmente a partir del emprendimiento de los anatomistas, se abrió el camino que desdeña los saberes populares y que, por lo tanto, reivindica el saber biomédico naciente. El saber del cuerpo se convierte en el patrimonio más o menos oficial de un grupo de especialistas protegido por las condiciones de racionalidad de su discurso. Esto se manifiesta en el siglo XVII, con el advenimiento de la filosofía mecanicista, Europa occidental pierde su fundamento religioso. La reflexión sobre la naturaleza que realizan los filósofos o los sabios se libera de la autoridad de la Iglesia y de las causas trascendentes para situarse en otro nivel: a la altura del hombre. Carente de sus misterios, la naturaleza se convierte en un “juguete mecánico”. Y lo importante ahora es convertirse en “dueños y poseedores de la naturaleza”. Así, el conocimiento debe ser útil, racional, desprovisto de sentimiento y tiene que producir eficacia social. La máquina proporciona la fórmula de este nuevo sistema del mundo: el universo es una máquina en el que no hay otra cosa para considerar que la figuras y movimientos de sus partes. El cuerpo en la filosofía cartesiana La filosofía cartesiana revela la sensibilidad de una época no la inaugura. Fruto de una partición social, el individuo se encuentra dividido en dos partes heterogéneas: el cuerpo y el alma. La dimensión corporal de la persona recoge toda la carga de decepción y desvalorización; por el contrario el alma permanece bajo la tutela de Dios. El cuerpo molesta al hombre; ese cuerpo tiene una desventaja, aun cuando sea considerado como una máquina no es lo suficientemente confiable y riguroso en la percepción de los datos del entorno. El divorcio también se plantea respecto de la imaginación considerada como poder de ilusión, fuente de constantes errores. Acceder a la verdad consiste en despojar a las significaciones de las marcas corporales o imaginativas. La filosofía mecanicista vuelve a construir el mundo a partir de la categoría de pensamiento, disocia el mundo habitado por el hombre, accesible al testimonio de los sentidos, del mundo real, accesible únicamente a la inteligencia. Este modelo supone, también, nuevas prácticas sociales que la burguesía, el capitalismo naciente y su sed de conquista, inauguran. Una voluntad de dominio del mundo que sólo puede ser pensada a condición de generalizar el modelo mecanicista. La anatomía política En los siglos XVII y XVIII las disciplinas se imponen como “fórmulas generales de dominación” que tendrán un próspero futuro. Descartes le proporciona garantía filosófica a la utilización instrumental del cuerpo en diversos sectores de la vida social. La metafísica que inicia con seriedad encuentra en el mundo industrial a su principal ejecutor: Taylor (y Ford), quien cumple de hecho el juicio pronunciado por Descartes. El símil de la máquina, es decir el cuerpo, se alinea con las otras máquinas de la producción. El cuerpo es “apéndice vivo de la máquina” con ese residuo necesario y molesto: el hombre al que encarna. Chaplin en Tiempos modernos hace una crítica admirable de esta industrialización del hombre.