miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tengo un beso detenido en los labios. La ausencia clandestina –íntima- de nombrarte en cada charco, en cada estación de tren, en el eco espectral de este suburbio; de no saber de que color vestirme para evocarte algún recuerdo por si te cruzo. De andar asi, con el alma mendiga: Con los tobillos derrumbándose en cada esquina y los semáforos, cómo duelen los semáforos, y la gente y la lluvia, sobre todo la lluvia.

No quiero dejar de sentir esta tristeza… porque es nuestra; solo nos queda la muerte, esa avenida de brazos calmos donde recordar la danza compartida.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Schluss

"No hay amor que resista una reflexión sana". El amor necesita de la colaboración de nuestro  delirio. (D. V)

Llegaste. No nos saludamos. Como no querías ensuciarte el pantalón con la tierra, te di unas fotocopias – instrucciones para john howell estaba impreso en ellas- y ahí si, una vez sentado cómodamente sobre Cortázar, hablamos. O eso era lo que ibamos a hacer ahí, solo que uno de los dos hizo un chiste o se puso a llorar o se descompuso o tuvo que ir a ver a su abuela materna y al final no hablamos lo que “teniamos que hablar” y después de todo ¿que importa? Ese tipo de desencuentros suceden todo el tiempo, más si los dos, o uno de los dos esta empecinado en que las cosas se den de alguna manera determinada. Lo cierto es que fue triste. Mas el cómo que el qué, la distancia y el tiempo (eterno) entre cada una de tus palabras, tu voz queda, la forma ingrávida de gesticular, de apretar el cigarrillo que tenías, todo era triste, dijeras lo que dijeras. Me mirabas furtivamente, como no queriendo recordar una imagen que podrías llegar a extrañar después. Me dijiste que recién me habias imaginado desnuda, si, recien, en el instante preciso que me saqué la bufanda. Pero que no. que no. que no. que no. No sonreí, te dije que por qué tenias la barba tan larga y me contestaste una de las estupideces mas grandes que te he oido decir a vos o a alguien en mucho tiempo:- es cabala. Hasta que no se levante la toma no me afeito- no contuve la risa. Para nada. Diagnostiqué una serie de cosas que podrian estar ocurriendote, entiendase por: embolia cultural, embarazo revolucionario, quiza? o ¿guevarismo posmo con secuelas de un resfrio neuronal mal curado?, esquizogenesis de ideas políticamente involucionantes, sarampión ecologico, epilepsia verbal, intelectofobia, razonamiento cloacal, asfixia sináptica, trombosis autoparlante, big crunch de todo tu conocimiento etc. Pero para no incomodarte dije:- esta bien. Y.. ¿como va eso?- No recuerdo bien lo que me contestaste porque me importaba poquisimo, solo me parecio notar que hablabas mucho de una militante que siempre pedia un baggio o gaseosa cada vez que ustedes compraban cerveza hasta que un dia se te ocurrio preguntarle por qué: -soy celíaca, imbécil- te reías, vos solo, te reías. Hasta que me cansé y dije: que querés? y hablabas lento, pausado, empezaste dandome la razón: Vieja estrategia. Me advertiste un par de cosas, que no me tranquilizaron en lo absoluto, solo tuvieron el gesto psicótico de estar diciendo algo importante.
Inauguramos un cómodo silencio, mordaz, ausentes nos mirabamos; luego me eché sobre el árbol, acurrucadandome las piernas, puesto que ya no las estabas acariciando, y mire hacia la esquina: estaba muy entretenida imaginando lo poética que seguro me veía. Me despertaste de mi lapsus, preguntandome qué pensaba: y te dije que estaba tratando de predecir en la multiplicidad de reacciones que podias tener cual elegirias para este momento: desde irte a la mierda, invitarme a tomar un café, darme un beso o hacer un chiste. Pero no. me cagaste. No hiciste nada. –me quede aca- fue tu respuesta con una sonrisa boba debajo de los anteojos. Si, claro, lo mas fácil- pense yo. Mientras tu declamatorio discurso se dibujaba bajo la sombra de ese abedul tan paciente, llego a parecerme que era noble lo que hacias, que si, era cierto: ya no era lo mismo de antes. Somos cada vez menos inexplicables. As all things must surely have to end... great lovers one day have to part. Todo era muy sensato, casi que me convenciste. Pero entonces: una lágrima. Y otra, y otra más. Crei que iba a desangrarme en llanto, crei que me ibas a abrazar tambien, pero no, no tuviste la piedad, ni el tacto, ni las ganas de ser una persona, esa vez, esa tarde bajo el árbol de la plaza. Tampoco entiendo porqué nos juntamos en esa plaza y no en la que quedaba exactamente a una cuadra entre tu casa y la mía.
 Aparecio un vagabundo, de la nada, absolutamente de la nada, a pedirte un cigarrillo, su imagen recortada por el sol me dio ternura, estaba nervioso, asustado y transpirando, le diste uno, te dijo gracias, rengueó unos pasos y volvio diciendo: - y.. teneh.. eso para.. como se dice?. El coso para prender- le diste fuego y te dijo gracias devuelta, ya entrando en confianza, nos contó: pasa, que saben, hoy me separé.., y estoy mal.- Juro que no contrate al homeless. Juro que te sorprendiste y me dijiste: -asi voy a terminar yo, hoy.-… solo que voy a tener cigarrillos, ja- la risa boba, incompleta, otra vez. - si hasta que se te acaben y empieces a pedir- dije, seguimos hablando un rato más, ya no lloraba. Me exaspere, te grité. Dije que te amaba. Dije que eras un pelotudo. La charla se prolongo unos minutos mas, agonizando, hasta que se torno erística. Te dije que te amaba, otra vez. Te dije que eras un pelotudo, de nuevo. Y ahí quedo. No nos saludamos, dijiste:- me voy-. Yo recluté mis lágrimas a romper fila inmediatamente de mi rostro y te dije que ¡yo! me iba, poniéndome la mochila y encarando digna para la facultad. Pero no pude. Me quedé ahí, como una sombra olvidada. Quería verte partir. Quería contar cada uno de tus pasos alejándose de mi y sobre todo quería ver como no te dabas vuelta para verme por última vez.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El Ministerio de la Inocencia


Estás, en la intermitencia de cada palabra tachada,
en las nervaduras que mi piel esconde, estás.
en los golpes de las amapolas contra el viento
y en la luz silente de los semáforos, de noche.
Volvés desde allá, con sombra y paraguas
)no hacés mas que recordarme que todas esas cosas en las que te veo
no son mías(
Volvés, para sacarme una foto,
tan solo una, de las manos mías.
una de esas fotos que el mirar clausura,
que al pudor invitan,
que hacen callar la sangre de los patios
con su lentísima melancolía.

martes, 14 de septiembre de 2010

Viento

Supongo que todo suecede, sólo, en los intersticios.
En su afán por localizarlos, pasa, de un soplo: la vida; olvidando quizás que no tienen lugar fijo, que con su nómada estridencia nos abisman. 
No se puede detener al viento, todo ardid anestesico para evitar que nos hilvane será inútil, patético, el amor pareciera por instantes imponerse ante esa fuerza erosiva y lentísima, caramelizando sueños, desafiando el tiempo, pero ya sabemos cual es el final: todo vuelve a ser, otra vez viento, porque en su destino está destejer y barrer la alfombra del universo para dar lugar a lo nuevo.

Pero qué humano es relamerse las cenizas, como ansiando recordar su sabor, su aroma, acaso una esencia perdida.
Masticar lo que ya es olvido.

Si, puedo decir cosas asi, puedo seguir diciendo cosas asi, pero como decia un escritor:  las palabras son solo palabras. No nos salvan.
Puedo si, como ahora, hacer de la frase un modelo para armar, darla vuelta, trasvestirla, coquetearla hasta que me dé la razón.
Podria hacer todo eso, y aún asi seguirán siendo palabras, vos seguirás estando lejos, mis manos llenas de tinta, y mis ojos llorando.
Puede que algún dia los planos se inviertan, pero más fácil sería que volvieras rápido.

jueves, 9 de septiembre de 2010

“Choronzon: Soy un lobo, solitario, merodeador, asesino.

Sandman: soy un cazador a caballo caza lobos. Huelo a alcohol, humo y sexo barato y siento la hierba entre mis cascos, los flancos entre mis piernas. Todo es real. Nada es real. Tu turno.
Choronzon: soy un tábano, enemigo de caballos y cazadores.
Sandman: soy una araña de ocho patas come tábanos y moscas.
Choronzon: soy una serpiente devora arañas, venenosa.
Sandman: soy un buey pesado aplasta serpientes. Siento la serpiente retorcerse bajo mi pezuña.
Choronzon: soy un Ántrax, bacteria destruye vidas.
Sandman: soy un Mundo en el espacio, dador de vida.
Choronzon: ¡soy una Nova que explota…quemando mundos!
Sandman: soy el Universo, abarco las cosas, abrazo la vida.
Choronzon: soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos… de todo. Sss… ¿Que serás tú soñador?
Sandman: La esperanza.”
(Sandman, Neil Gaiman)

La esperanza es lo último que queda cuando la gran fiesta termina. Y saben a que me refiero con eso de la gran fiesta, la gran farsa ambulante, que no es una ilusión –las ilusiones son seres nobles, algo así como los cronopios, el amor es una ilusión in fact- sino un derroche. Vamos por ahí descolgados antes de secarnos bien, empapándolo todo con nuestra humanidad, somos la plaga del mundo, los inquisidores de la belleza.




Y yo estoy aquí con mi invertebrada ilusión esperando que llegue la esperanza- esa puta de vestido verde-, en la espera el tiempo es del otro escucho decir al Loco de la colina por la radio, pero si lo que espero es la espera misma, ¿qué espero? Demoro las decisiones como facturas sin pagar imantadas a la heladera, tejo y destejo con penelopiana devoción las máscaras que nadie verá nunca, bostezo de miedo, me congelo de espanto y giro como un trompo para escapar de las consignas del mundo material. Una estúpida, una niña llena de miedo. Una homeless outsider con los bolsillos cosidos hacia dentro encerrando para siempre a las monedas, una coleóptera borracha que revolotea la ciudad y busca desesperadamente un destino.



Por eso escribo quizás y también porque jamás podré entender cómo es que la tinta sale mágicamente de la lapicera, el gesto que adoptan las manos escribidoras al enfrentarse a la blancura encegecedora del papel, por obra de qué misteriosa alquimia la nada se vuelve grafía, color, belleza, poesía. No lo comprendo, por eso escribo.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Ehm...Filba

He aquí algo que me hicieron hacer en uno de los workshops, el peor de todos: lo daba un colombiano basico y vacuo, de los tipicos que se quedaron todavia colgados del boom latinoamericano. hizo de la conferencia un correlato inservible de lo que supuestamente el enseñaba en su taller de "creacion literaria" (como si tal cosa pudiera ser enseñada, por favor) y hablo de las estructuras y las técnicas de escribir un cuento: absolutamente primitivas. un buen cuento debe ser verosímil, para eso el personaje si o si debe ser "redondo" y caracterizado indirectamente y a abstenerse de usar lenguaje metafórico o subtexto: no hacen verosimil la obra, para este sujeto un buen cuento deben entenderlo la mayoria de las personas y debe tratar de cosas concretas y no abstractas. en fin, un pelotudo. subire mas tarde mas cosas (mucho mejores) del filba, si tengo ganas. ahora el texto que me salio:
Consigna: los que esten de la mitad para atras de la sala escriban algo que de cuenta de que el personaje esta contento:

Si, se habian ido todos. Todos, todos, todos.
Caminaba desnuda por las calles y dormía la siesta sobre los jardines arquitectónicos de cualquier barrio privado; me daba grandes banquetes a mi misma y me hacía regalos, que llegaban a mi casa sin remitente alguno, asi como las mascotas que con el paso del tiempo parecían multiplicarse y muchas muchas golosinas importadas.
Estaba sola, y era lo último, lo más breve, la belleza de destrabar la prosa que contenía esa sustancia de la vida que no conocía.
Es que la vida era eso: bailar solo para mi propia sombra, cantar canciones de las spice girls arriba de una montaña rusa de chirriantes ruedas con chispas; tropezar con las botellas que yo misma eructé la noche anterior; sacudirme ante los heladeros inexistentes y los libreros y los taxistas.
No hay nadie, y es triste pero mi sonrisa autorefractaria alcanza para parir la luz de cada mediodía.

 temine de leer y el besugolatra pregunto: ¿quienes sintieron que el personaje estaba alegre?
4 personas, como mucho levantaron la mano. - se va muy para lo filosofico... pocos entendieron (habran sido los amigos) risas- esa fue mi devolucion y yo me pregunto: que se puede esperar hoy por hoy de la cultura en Argentina?