sábado, 6 de septiembre de 2008

OJOS DE DOMINO

Nunca fuimos invisibles, Eran nuestros ojos los que no lograban encontrarse Naufragando en los espirales del mismo tiempo pero en vórtices opuestos Trepando inútilmente por el torbellino de nuestro sueño, dichosos de desafiar esa fuerza centrífuga que nos atraía y de no mirar atrás, si tan sólo hubiéramos sabido que el deseo estaba en dejarnos caer en ese pozo frenético para olvidarnos que no somos mas que lodo y pétalos de lluvia. Como quien desanda los abismos en busca de una huella inédita Vos te enmarañabas la ternura tratando de derretir las agujas del reloj como si fuera posible usarlas de batuta y orquestar tu propia eternidad, yo, en cambio, las convertí en anzuelos para pescar los números y hacerme un collar con ellos. Casi tuya y casi mía, nunca nos dimos cuenta que el amor es un interminable dominó, y que no importa cuan filoso sea el aguijón, jamás podrás llegar al otro lado, insatisfechos con ese dos-dos tres-tres que coincidían, nos sentamos a mirarnos en silencio, esperando aquella pestaña que nos remonte hacia la otra orilla. Pero esa ola tiene infinitos ecos que en su canto se suicidan o se enamoran .., ¡Deja ya de querer beberte el mundo! ¡Embriágate de vértigo si te atreves! ¡Mengua! ¡La luna no es una mujer que se muere por besarte el cuello con su sombra! La pestaña jamás llegara, mi orilla ni siquiera yo la conozco… ese número arcano esta allí suspenso, nunca sabré si nació para anidarse en el vació o para fundir sus puntos con otra ficha… Yo podría jugar al dominó la noche entera en tu espalda improvisando infinitas combinaciones con esos puntos negros que son tan promiscuos e inocentes, pero si aun así tus lunares temen por su orgullo no te preocupes yo si quieres le saco las pupilas al domino y les doy forma de nota para dibujarte un pentagrama en la frente altiva.