sábado, 7 de febrero de 2009

Ecos

No pretendo serte un eco. Interminable, hostil, absorbentemente obscuro. Quiero si retornar. Roerte la espina dorsal desde una esquina incógnita y que nunca descubras realmente de donde he salido. Pues mi amor no deja huellas, ni estrafalarias cicatrices. Mi amor es una sombra marcada a fuego. Camaleónica sombra que se arrastra y menea por tu cuello. Junto a otras se retuerce esculpiendo tu figura hasta juntos sucumbir en un quebranto circense. Sonámbulo es el deseo que no devora.