domingo, 21 de noviembre de 2010

Borness

He aquí (creo) el primer poema de los poemas de la poesia que escribí en mi vida, cuando era insoportablemente niña, a eso de los 12. 
Lo encontré hoy adentro de un tocadiscos, mientras limpiaba la casa de mi abuela.
debo decir que es algo sumamente extraño no reconocerme en esas imagenes, en esa adjetivacion, en esa historia. creo que fue, puramente en la sensacion, casi tan hermético como leer fragmentos apócrifos de los  eleatas o de los estoicos. no se que querìa decir, realmente nunca se que quiero decir. 

La Verdad
El silencio recorre 
las rutas muertas del ayer
la brisa de lo efimero 
se posa en nuestros parpados,
congela los latidos de un reloj equivocado
y contempla, a través del cristal,
el paisaje en quietud. 

La soledad desahuciada 
se desangra por los senderos
de mi corazón inexperto,
busca una salida
en el árbol de penas 
y encuentra ahi, adormecida
la pasión que se oculta bajo el manto de la tristeza.
siente, toca, ve
el umbral de la realidad, 
atraviesa el portal de las dagas sedientas,
ilumina la Verdad 
y descubre un nuevo mundo,
el mundo real; 
tan real es que divaga por los suspiros de las almas blancas, por sus jadeos, sus gritos, sus miedos, 
cae en la cripta de animales sueltos y amor marchito
y besa con sus labios tersos
el último pétalo
de esta rosa tenue que bajo la sombra agoniza.
el milagro la embellece, su esplendor me incandila, pero en un descuido
la espina precoz que crece en el tallo de la confianza
se despierta para cobrar venganza y 
envenena la ingenuidad que en el regazo de mi inocencia duerme.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Me siento como quien busca desesperadamente, en un recital, a alguien que se le perdió. voy dando vuelta espaldas equivocadas y disculpándome mientras escucho tu voz colarse por los intersticios de la multitud, lejos y a veces, cerca, escucho que dice mi nombre; veo gente que encuentra a su amigo perdido, veo sus caras de sorpresa y veo como se ponen a bailar tan agradecidos, veo y es tan triste, sobre todo que el recital se pasa, y es mi vida, y no te encuentro, pero por ahí me canse y encuentre a alguien perdido o que perdió como yo y nos pongamos a bailar también y estaremos agradecidos, porque el recital pasa y es mi vida. 

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Algo que aprendi estos dias:
En la escritura hay que discriminar. Explorar la naturaleza de cada palabra elegida hasta sus últimas exequias y luego, en todo caso, prostituirla: en la frase, en un relato, o en el discurso.
Sin esta advertencia, escribir es fácil, y es asi como salen los malos poemas.
La magia no surge de la combinación decorativa de terminos felices, (porque creemos tienen algo que ver uno con otro por la sensación que resumen), sino de la comunión entre independencias.
Cada palabra es única, tiene su historia y sus trampas, aún en la fusion mas inteligente, en las miles de subordinadas que dentro una de otra podemos armar, su sentido debe permanecer aislado y su belleza inextinguible.
Episkepsis imaginativa de una palabra dada al infinito, al abismo que de a girones se va haciendo lenguaje. La que pasa la prueba no es la palabra, sino nosotros. De ver que gesto tiene lo que queremos decir, de traducir esa presencia que por un segundo nos habitó.
Un buen poema, podemos verlo en Lorca, en Pizarnik, en Bukowski y en tantos otros es como un número complejo: tiene parte imaginaria y parte real.
Sin cualquiera de las dos, se cae en la linealidad, el tedio y la repetición. Podria decirse que estamos hablando de versomilitud, si, algo asi, hasta la imagen más excesivamente delirante debe ser verosímil para que nos diga algo.
Verosimil= cerca, aunque este expresado en una forma abstracta, poetica: porque alli donde naufragan las palabras (comunes), empieza la poesia. No conozco una descripicion mejor del desvanecimiento del amor como la de fuego fatuo (Pizarnik) , ni un retrato mas vivo de la Bolsa durante el crack de los 30 como una pirámide de musgo  (Lorca).

Hasta Girondo es verosímil, hasta pareciera a veces que se esta burlando de nosotros. Y el texto no pierde una gota de subrrealidad en ningun momento.
 Solo aquellos que no saben comulgar con estos dos demonios, son los que prefieren estar de un lado o del otro. Asi, se reproducen como una plaga centenares de relatos aburridamente verosímiles, sin vuelo alguno. Eso no es literatura, para eso esta la crónica, la historia. Claro que tienen algo de literario, pero un texto sin poesía, esta seco. Es común y no puede considerarselo literatura, porque ésta es sobre todas las cosas la multiplicación de la diferencia.
O por el otro lado, aludes de poemas pseudo surrealistas que constan de imágenes agrupadas deliberadamente sin sentido alguno, bobos.
 Eso no es dadaísta, eso es facilismo. El dadaismo tenia un sentido que era entre otras cosas lo absurdo. No encuentro en textos como los que digo ( que tienden por lo general a lo cursi, y a los lugares comunes) juego con lo absurdo, en absoluto. Una vez que se ha aprendido a escribir asi, infantilmente, es tan mecánico como  reproducir esos relatos miméticos con lo real, que nombramos antes..
Por ejemplo:
“Lagrimas de lluvia” (bueno, un clasico), “la sonrisa de mi atardecer” (pff) , “Estallar mariposas en tu espalda” ( esta es engañosa, porque dentro de todo esta buena, pero muchas asi, aburren, por su significancia púber y su corta evanescencia), “caramelizando sueños” (puaj), “atrapando a los silencios en la esquina”, “derrumbando paredes con tu piel”, etc.

En cambio:

“(…) estás perdido, como una botella tosiendo en la alcantarilla,
Resorte caliente que se aprisiona en mi pecho, para que Nunca
Sea para siempre.
El amor es asi, excepcional
Como la Muerte”  

O:

“Las palabras eran como uñas sonoras, nueces del Diablo, susurros de un final siempre incongruente.

O:

“si supiera fragmentar el insante preciso en el que una hoja se desprende, no estaria aquí intentando desnudar una palabra”

O: (envidiable ejemplo de D.V)  

“La oscuridad
Es la sangre
De las cosas perdidas”

Resuena. Una y otra vez, no encalla. Nunca. Vale mas por lo que no dice, que por lo que nombra. No sobra. Nos permite ver más allá de la imagen a la que inmediatamente  refieren. Y después de alli el camino es otro. No se cual pero son seguramente muchos, que dependen no solo del lector, sino de la capacidad del autor de seducirlo, de perderlo, de mover algo de lugar en su imaginario.

martes, 9 de noviembre de 2010

Una cámara que solo saca fotos espontáneas, la ausencia innegociable del dentifrico, la prohibición acérrima del uso del corpiño, hacer pis en un médano y sentir que algo muy parecido a eso debe sentirse “ordeñar las ubres de la luna”, ir en bata al supermercado (o al menos fantasear con hacerlo), sentir que la mochila pesa más por los libros que por la ropa, un lorito desdichado, pintar mandalas y mandalas, destruir cortinas, barral de baño, cerraduras, boton del inodoro, en menos de 48 horas, inventar ensaladas, cantar y cantar mal a propósito por la calle y en eso descubrir que una idea proxeneta me aflora al escuchar como canta y baila belu sin miedo y sin memoria, llorar y reir en agridulce coalición, fumar y caminar por la playa creyendo que nuestras sombras algun dia han de desobedecernos, improvisar posiciones de yoga en el mar, hablar con extraños (pero no aceptarles caramelos), leer y leer, Amelie y sus patafisicas consecuencias, Cortazar y Borges y sus tan discutidas formas de hacer magia, llegar a buenos aires el mismo día en que Massera se va al septimo circulo del infierno, y que el paraiso nos vomite sin piedad a la realidad al ver que el micro abre sus compuertas justo en la entrada de la facultad, y la intelectualidad y el snobismo, y la soberbia y el medio ambiente y la quimica del pensamiento y los esbozos de ideales que espero que a ninguna se nos derrumben nunca, y el camino y los viajes y las historias y las personas tatuadas en la última piel del alma (y las que fueron con henna bienvenida sea su efimera presencia tambien!) y las certezas y los laberintos y la musica celta y la sexarquia y los abrazos. Y nosotras. Juntas.


sábado, 6 de noviembre de 2010

Llego a casa y me encuentro con una sopa fría y la nada de una pagina blanca, esperándome. Me pregunto : ¿que hay? ¿Qué decir de los diapasones de la caída? Ahí están, zumbando, solo en mi cabeza. ¿Que tienen que ver con esta página? ¿A quien le importa?
El temblor se aquieta pero las imágenes siguen, pequeñas instantáneas como cuchillos de partes de tu cuerpo, pelos, uñas, una sonrisa de vez en cuando, y otro pelo -que ya no es el mio-, revoloteando; pero el dolor no se mueve, esta ahí en medio de la niebla como un faro. que dice adonde hay que ir, y yo le creo, por ahora. El camino del dolor es insospechadamente cierto, no hay mentiras en el dolor, ¿no es la sensación lo único verdadero?  
Es la ultima cosa que me pueden arrancar: mi capacidad de sentir. De sentir amor, sobre todo, aunque ahora la vea congelarse con indistinguibles astillas que queman y se multiplican en silencio.
           y/o  
Córtenme la lengua
Arránquenme el pelo
Amputen mis miembros
Pero déjenme mi amor
Hubiera preferido perder las piernas
Extirparme los dientes
Vaciarme los ojos
Antes que perder mi amor.

 ¿Era esta muerte una de las formas del amor? ¿Lo es todavía?  Sentiamos tan hondo últimamente que quizás me confundi y olvide que hubo un final. Pero las confusiones son cosas de la mente y de la geometrica propagación de su errancia, no de los sentidos. Sentir mal o sentir bien, eso no existe.
 Sentí - volé, 
 Pensé - morí.
 y el final volvio, porque no le hicimos caso.