domingo, 8 de julio de 2012

Falsa memoria de mi infancia terrestre,
Esa que no es de aquí, de la reserva,
Del útero cromático de las pasiones,
De las uvas transmitidas a la paciencia
De tanto coche fúnebre,
Recuerdo a esa lenta
Como se abren los portones
Ahí escabullida como anillo de roble
Recuerdo y es tan puro
Que me dan ganas de borrar las líneas de mis palmas
Con acido
Que ella era alguna
Una de todas
Nunca la primera

La escolta con trenzas doradas
Y la espalda tableada
Los barquitos de papel que escondía bajo la cama
Y sus sucesivos ataques de molotvs echas con ranas.

Rendida como pocas
Ante los pezones que en péndulos se agitaban demoliendo edificios
Ella sabia que yo era una mas también
Una alguna
Una de todas
Nunca la primera
La absoluta
Triste voluta de nieve girabas en un juego para adolescentes en Bariloche
Tu existencia era mínima
Y calciforme.

Pocas, como montañas de erizada lluvia
Loca, como el gato de Mirta
Yo se que me querías,
Como una rata aplastada en la trampera
Siendo rata y muriendo.
Es era tu vocabulario: el de la finitud
De ser una mas
Una alguna
Una de todas
Nunca la primera
Carne que se esparce por los estantes de las malas costumbres
Bola que se achica al llegar a la boca del subte, la boca golpe, la boca trampera de rata, también
Blancas y altas y breves caricias de piedra y lana
Tejiendo apuradísimas
Las noticias de mañana
Para que nadie se entere,
Para que todos sorprendidos
Tengan de qué hablar…. en el corral.

Concha marina insoportable y marina
Toda agueteada,
Esta mal agujerearse de agua, está muy mal
Ser una rejilla.

Yo lo sé porque fui una alguna
Una de todas
Nunca la primera,
La absoluta.