viernes, 2 de enero de 2009

Eres mi infinita Redención

¿Y si nos decapitan la ironía?
¿Quedaremos así, suspensos, tendidos de dos comas, huérfanos de brújulas y de imperios?
Así, solos, con las últimas cuerdas al aire y 5 pestañas griegas (2 tuyas, 3 mías) flotando vagabundas en la miel atardecida de un vaso de run a medio olvidar, careado de espinas y de naipes, en fin, náufrago.
Como esta noche que aun no nos trasvasa.
¿Y qué será de todo eso si por primera vez nos corona una luna sin barrotes?
¿Qué forma tendrá todo eso que ahora es sombra?
¿No moriré de vértigo al desplegarse frente a mí los precipicios que tu piel esconde?
Mi último acorde desafino hasta los ecos del infinito y por fin la guillotina del delirio nos decapito la ironía, nos desplumo una a una las pestañas e hizo de nuestros signos de pregunta un penitente crucifijo.Solo así, solos, ausentes de nosotros mismos, entendimos que este es el destino de las almas burbujeantes: abandonar la crisálida cautiva, volar rumbo al amor y tropezar súbitamente con el chueco que dejó el mundo.