jueves, 1 de enero de 2009

Alas para armar

Espontaneo...recien rescatado de mi mar de tinta. "Vosotros miráis hacia arriba cuando deseáis elevación. Yo miro hacia abajo por estoy elevado” ( Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche) Alas para armar
Mirad al caminante prófugo y sombrío danzar por las cornisas que lo acechan La caída existe sólo si el siente vértigo Mas el esconde precipicios en cada una de sus indelebles cicatrices y se embriaga con las bocanadas de vida. ¿Cómo ha de temerle entonces a las rocas que se desmigajan con el viento? ¿Por qué temerle a la caída? ¿No es acaso un vuelo más? No puede temer a menos que este arrepentido y no es la duda algo que haya que remediar sino el miedo que traiciona su deseo voraz de seguir subiendo. No se le teme a la caída sino al dolor de haber trepado en vano. Significaría una burla a nuestra estrella elegida, que aun no se ha dado por aludida de nuestra redención, no podemos poseer los sueños, nosotros les pertenecemos al buscarlos. Y así debe ser, la entrega es sublime y vertiginosa. Y no es necesario separar las aguas. Tan solo basta con destronar nuestras venas y quebrarnos ante el abismo, conservando si algo de pudor. Sonrojarse ante el infinito y provocarle ternura. Esa es la llave para el invisible cerrojo del edén.

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